Sin miedo al sombrero

Una de las claves de este otoño

Algo nos pasa en este país con los sombreros, nos encanta la idea de llevarlos porque nos da un twist sugerente a cualquier estilo. Nos gustan tanto que nos lo llevamos cuando salimos fuera de España, pero en casa es otra cosa. A la hora de la verdad el sombrero se queda en el armario mientras salimos a la calle con la cabeza descubierta y una molesta sensación de pudor tonto nunca resuelto. ¿Por qué nos da corte? 

No tenemos cultura de sombreros. En los años 40 todo el mundo lo llevaba, era un símbolo de elegancia e incluso de caballería, pero después desapareció y no hemos vuelto a recuperarlo. Nos sentimos ridículos por la simple idea de que nos miren más que a otros, por destacar y nos vean extraños. Pues sí, llevar sombrero llama la atención y a algunos les puede parecer incluso recargado. Pero, ¿y que es sino la moda?

 

La pasarela lo ha dicho muy claro: es la hora de llevar sombrero sin complejos. Algunos de ellos se inspiran en el look de un gentleman inglés. Piezas que añaden un toque varonil y, al mismo tiempo, de distinción al guardarropa femenino. ¿Las versiones que nos encantan? El sombrero clásico borsalino, bombín irregular y chistera baja.

On sait ce qu'on aime! Bisou, MGR